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Diabetes
¡Vive la vida que deseas!
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Sí, puedes seguir haciendo todo lo que amas, a pesar de la diabetes. ¿La clave? Trabajar junto con tu equipo de atención y encontrar tu mejor plan de tratamiento.
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El diagnóstico de diabetes puede ser abrumador. Después de todo, debes cambiar tus hábitos alimenticios, realizar más actividad física y encontrar el medicamento adecuado para controlar el azúcar en tu sangre. Si hablamos del impacto de la diabetes en la comunidad hispana, no solo es más probable que las personas hispanas sufran de esta afección, sino que sus resultados suelen ser peores que los de las personas blancas.
Por suerte, hay buenas noticias. En primer lugar, comprendemos mejor que nunca la diabetes, cómo funciona en el cuerpo, los factores de riesgo, etc. y tenemos más opciones de tratamiento que nunca antes. También hemos aprendido que hacer cambios pequeños y positivos todos los días suele ser la clave para el éxito a largo plazo en el manejo de esta afección.
Tan solo pregúntale a la enfermera Emily Aguilera, que lidió con su peso de 350 libras antes de recibir el diagnóstico de diabetes. Pero hoy, gracias a sus opciones por alimentos más saludables, su—recientemente descubierta—pasión por correr y a un medicamento eficaz, Emily ha conseguido llegar a su peso objetivo de 160 libras y ahora disfruta de la vida con su esposo y su hijo pequeño.
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¡Adopta una postura firme hoy mismo!
Independientemente del momento en que te encuentres con respecto a tu diabetes, no es demasiado tarde para inspirarte con las historias de Emily y Waldo Sepulveda, quienes comparten sus propias estrategias para reducir el nivel de azúcar en sangre. Además, ¿quieres saber una forma clave de ayudar a cambiar las estadísticas sobre cómo la diabetes afecta a la comunidad hispana? Obtén más información sobre esta condición, y comparte este conocimiento. Puedes comenzar ahora mismo leyendo esta guía, donde también encontrarás herramientas y consejos que pueden ayudarte a lo largo del camino. Comencemos analizando más detenidamente la diabetes, qué es y cómo afecta tu cuerpo.
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¿Qué es la diabetes?
La diabetes es un trastorno metabólico que altera la capacidad del cuerpo de producir o usar insulina, lo que provoca un aumento en los niveles de azúcar en sangre. Normalmente, las células beta, que se encuentran en el páncreas, producen insulina, la hormona que ayuda a que el azúcar en la sangre ingrese a las células para que puedan utilizarse como energía. (Las hormonas son una sustancia química natural que se encuentra en el cuerpo.)
En la diabetes tipo 1, el sistema inmunitario destruye las células beta, de modo que el cuerpo no produce suficiente insulina. En la diabetes tipo 2, las células beta no producen suficiente insulina o las células del cuerpo no responden correctamente a la insulina (lo que se conoce como resistencia a la insulina).
Cuando el azúcar en la sangre no puede entrar a las células del cuerpo, se acumula en el torrente sanguíneo. Con el tiempo, el exceso de azúcar en la sangre puede provocar daño en todo el cuerpo, incluida pérdida de la visión, cardiopatía, nefropatía y daño a los nervios.
Los primeros síntomas de la diabetes pueden incluir:
- Orina frecuente
- Cicatrización lenta de las heridas
- Visión borrosa
- Fatiga
- Aumento de la sed y el hambre
- Pérdida de peso
- Hormigueo en las manos o los pies
- Piel muy seca
- Aumento de infecciones
También es importante destacar que, en algunos casos, es posible que las personas no experimenten síntomas o que al principio sean muy leves. Es fundamental que visites a tu proveedor de salud para tus controles de bienestar habituales, ya que cuanto antes se detecte esta condición, menos probabilidades tendrá de causar daño a tu cuerpo.
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¿Cómo se diagnostica la diabetes?
La diabetes se detecta mediante un análisis de sangre en ayuno; es decir, cuando no comes ni bebes nada durante un período determinado (generalmente durante la noche) antes de la extracción de sangre. La prueba analizará específicamente tus niveles de azúcar en sangre. Por lo general, se considera que un nivel normal de azúcar en la sangre bajo dieta absoluta para una persona sin diabetes está entre 70 y 99 mg/dl. Un nivel de azúcar en sangre bajo ayunode entre 100 y 125 mg/dl indica prediabetes, y un nivel de 126 mg/dl o superior en dos pruebas separadas indica diabetes. Es probable que tu proveedor de salud también te haga una prueba de A1C, que es un cálculo de tus niveles promedio de azúcar en la sangre de los últimos tres meses, con el mismo análisis de sangre o uno nuevo. Un resultado de 5.7% o menos se considera normal, de 5.7% a 6.4% indica prediabetes y de 6.5% o más indica diabetes.
Es importante conocer tus valores cuando recibes el diagnóstico, así como los valores “objetivo” que tu proveedor de atención médica determinará contigo. Tus valores objetivo son los objetivos de azúcar en sangre y A1C que buscas lograr a través de cambios en el estilo de vida e incluyen:
- Adoptar hábitos de dieta más saludables
- Realizar actividad física de manera habitual
- Dejar de fumar, si es necesario
- Controlar el estrés
- Tener un sueño más reparador
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Cómo pueden ayudar los medicamentos
Además de los cambios en el estilo de vida, muchas personas también necesitan medicamentos para ayudar a controlar sus niveles de azúcar en sangre. En realidad, si tienes diabetes tipo 1, la insulina es necesaria para tratar la afección. Si tienes diabetes tipo 2, los medicamentos orales, los inyectables sin insulina y/o la insulina pueden ayudarte a controlar tus niveles de azúcar en sangre.
La diabetes y la comunidad hispana:
Por qué es importante tomar consciencia
La diabetes afecta a millones de estadounidenses, pero las comunidades hispanas experimentan tasas más altas y complicaciones más graves que otros grupos. De hecho, los adultos hispanos son casi un 60% más propensos a recibir un diagnóstico de diabetes y tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones como cardiopatía, insuficiencia renal y daño a los nervios.
Por eso, si eres una persona hispana/latina, puede ser especialmente importante para ti que:
- Te hagas pruebas de detección periódicamente: consulta a tu médico con qué frecuencia debes realizarte la prueba de diabetes, especialmente si hay antecedentes familiares.
- Conoce las señales: pon atención a síntomas como aumento de la sed, orina frecuente o fatiga inexplicable.
- Mantente activo: intenta realizar al menos 30 minutos de movimientos casi todos los días de la semana.
- Come de manera inteligente: concéntrate en los alimentos naturales, como frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales, y limita los alimentos azucarados y procesados.
- Pide ayuda: conéctate con programas de salud locales, educadores sobre diabetes o grupos de apoyo comunitarios.
- Di lo que piensas: no dudes en abogar por tu salud y hacer preguntas sobre tu atención.
Tu equipo de atención de la diabetes
Proveedor de atención primaria (médico general):
Los médicos generales, que se especializan en medicina interna o familiar, pueden incluir médicos, enfermeros profesionales y asociados médicos. Pueden diagnosticar y tratar tu diabetes, además de recomendar especialistas.
Endocrinólogo:
Este médico se especializa en el tratamiento de enfermedades del sistema endocrino, como la diabetes y los problemas metabólicos.
Optometrista/oftalmólogo:
Especialistas que controlan la salud de los ojos para detectar cualquier cambio en la visión relacionado con la diabetes.
Especialista certificado en atención y educación en diabetes:
Un profesional de la salud especialmente capacitado, como un enfermero, nutricionista o farmacéutico, que asesora y educa a las personas con diabetes, ayuda a establecer objetivos alcanzables y aborda las inquietudes.
Podólogo:
Este médico trata los problemas del pie relacionados con la diabetes.
Farmacéutico:
Un profesional de la salud que puede responder preguntas sobre tus medicamentos, ayudarte a encontrar opciones de medicamentos asequibles y enviarte recordatorios para la renovación de tus recetas.
Nutricionista certificado:
Profesionales especialmente capacitados en dieta y nutrición que ayudan a ajustar los patrones de alimentación para mejorar tu salud general.
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Cómo pueden ayudarte los medicamentos
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¿Cuál es la buena noticia para las personas con diabetes tipo 2? ¡Los tratamientos de hoy pueden ayudarte a vivir plenamente! Pregúntale a tu equipo de atención de la diabetes si estas opciones son adecuadas para ti.
COMPRIMIDOS PARA LA DIABETES
La metformina disminuye el azúcar en sangre producido por el hígado.
Los agonistas del receptor de péptidos similares al glucagón (GLP-1) orales aumentan la secreción de insulina, hacen más lento el vaciamiento del estómago y provocan una reducción de la ingesta de alimentos y una sensación de saciedad, con bajo riesgo de hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre).
Los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) promueven la liberación de exceso de azúcar en sangre a través de la orina.
Los inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4) previenen la degradación de un compuesto que disminuye el índice de glucemia.
Las tiazolidinedionas (TZD) aumentan la respuesta de tu cuerpo a la insulina.
MEDICAMENTOS INYECTABLES SIN INSULINA
Los agonistas del receptor de péptidos similares al glucagón (GLP-1) aumentan la secreción de insulina, hacen más lento el tiempo de vaciamiento del estómago y provocan una reducción de la ingesta de alimentos y una sensación de saciedad, con bajo riesgo de hipoglucemia. También se encuentra disponible una forma oral.
Combinaciones de polipéptidos insulinotrópicos dependientes de glucosa (GIP)/agonistas del receptor de GLP-1
El GIP es una hormona que estimula la secreción de insulina en respuesta a los alimentos; actúa en conjunto con el GLP-1 para ayudar al cuerpo a controlar mejor sus niveles de azúcar en sangre.
INYECCIONES DE INSULINA
La insulina ayuda al cuerpo a absorber el azúcar en la sangre en las células y al hígado a almacenar azúcar.
La insulina basal, o de acción prolongada, normalmente se administra una vez al día y actúa lentamente durante 24 horas.
La insulina en bolo, o insulina de acción rápida, se toma antes de las comidas para evitar que el azúcar en la sangre aumente después de comer.
COMBINACIÓN DE MEDICAMENTOS INYECTABLES
La insulina y los agonistas del GLP-1 pueden combinarse en una pluma de dosis fija. La insulina ayuda a mantener los niveles de azúcar en la sangre dentro del rango objetivo, mientras que el agonista del GLP-1 ayuda al páncreas a liberar insulina después de comer.
Usa el calendario de tu teléfono o tableta para hacer un seguimiento de las citas y pruebas de atención de salud. Aún mejor, sincroniza tu calendario con el de tus seres queridos para que todos tengan la información actualizada.
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Después de años de lidiar con una relación complicada con la comida y el historial familiar de diabetes, Emily Aguilera tomó las riendas de su vida y, gracias a los cambios en su rutina y a los medicamentos, finalmente está alcanzando sus valores objetivo.
—por Diane Herbst
Emily Aguilera es una mujer que siempre está en movimiento. Además de ser la atareada mamá de Danny, de 1 año, también se las arregla para trabajar como enfermera de obstetricia/ginecología en un hospital local. En sus días de descanso, a ella y a su esposo les encanta llevar a su hijo a pasear a Disneyland, cerca a su casa, donde caminan durante tres horas sin parar. También disfrutan de caminar por el zoológico local o de hacer excursiones frecuentes por su barrio de Ontario, California. “Definitivamente somos una familia a la que le gusta estar en movimiento constante”, comenta riéndose.
“Pensé que estaba bien, pero realmente estaba pasando dificultades”
Hace solo cinco años, la vida de Emily se veía muy diferente. Como pesaba 350 libras, caminar incluso una distancia corta le costaba mucho. A los 24 años, se le había diagnosticado apnea del sueño y presión arterial alta. Su padre, que tenía diabetes, también tenía sobrepeso y murió a causa de un ataque cardíaco con solo 43 años. Sin embargo, dice Emily: “toda mi vida me la tomaba como será lo que tenga que ser. Con el tiempo, probablemente empezará a afectarme, pero será más adelante”.
“¡Tuve que cambiar mi relación con la comida!”
Sin embargo, a Emily le resultó difícil aceptar su nueva realidad de tener diabetes hasta varias semanas después de su diagnóstico. Ahí fue cuando su primo le comentó que había bajado 30 libras con la aplicación Noom, que ayuda a los usuarios a elegir alimentos más saludables, pero con énfasis en un cambio de comportamiento.
“Trabaja en tu relación con la comida y te ayuda a darte cuenta de si estás comiendo porque estás aburrido o estresado y no por tener hambre realmente”, dice Emily. “Para mí funcionó porque pude avanzar a pasos muy pequeños”.
Para Emily, eso incluyó cosas como suprimir los refrescos, prestar más atención a los tamaños de las porciones y, por supuesto, hacer cambios con sus pedidos de comida rápida. “Iba a McDonald’s, pero en lugar de pedir un Big Mac con nuggets de pollo para acompañar, elegía un McChicken. Empecé a usar la freidora de aire en lugar de freír las cosas. No es necesario freír la comida para que esté rica. Preparo mucho pollo con limón y ajo, y condimentos. Y me encanta el salmón. También pido mi café con vainilla sin azúcar en lugar de la crema batida y la vainilla con azúcar”.
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“¡La medicación fue la última pieza!”
Si bien bajó de peso de manera constante debido a los cambios en el estilo de vida, e incluso comenzó a caminar durante una hora, de tres a cuatro veces por semana, los niveles de azúcar en sangre de Emily aún no estaban en los valores objetivo. Entonces, en junio, su médico le recetó metformina. Aunque ayudó, no tuvo los resultados deseados por completo; entonces, poco después también le recetaron un agonista del receptor de GLP-1, y eso finalmente la ayudó a llevar sus valores de azúcar en sangre al rango objetivo.
En un plazo de siete meses, gracias a los cambios en su dieta y a tener la diabetes bajo control con medicamentos, Emily había bajado 100 libras.
“Fue ahí cuando empecé a ir mucho al gimnasio y a entrenar con pesas”, dice. “Después empecé a correr y descubrí que era realmente divertido”. Para agosto de 2020, había bajado otras 90 libras, alcanzando su objetivo de 160 libras y había cruzado la meta en dos medias maratones.
Tan solo dos años después, Emily conoció a su esposo y poco después de casarse decidieron tener un hijo. Por suerte, los valores de azúcar en la sangre de Emily estaban tan estables (la apnea del sueño y la presión arterial alta también habían desaparecido) que su médico aceptó que se tomara un descanso de sus medicamentos para tener a su hijo.
Con el apoyo de su médico, actualmente se mantiene sin medicamentos mientras ella y su esposo intentan tener otro hijo, pero agrega que no tiene problemas en retomar los medicamentos una vez que su familia esté completa, dado que tuvo una experiencia tan positiva con el tratamiento.
“No es solo la balanza o mis niveles de azúcar en sangre los que mejoraron gracias a mis elecciones más saludables y a los medicamentos”, dice. “Cuando vuelvo a casa en avión, ¡otra vez entro en el asiento y puedo ajustarme el cinturón! Es importante pensar en esas cosas a lo largo del camino. Ese es el objetivo. Siempre seguir avanzando. Eso es todo lo que puedes hacer. Simplemente no bajar los brazos. Nadie puede hacerlo por ti. No puedes ser tu mejor versión para otros hasta no ser tu mejor versión para ti misma”.
¡Haz cambios saludables como lo hizo Emily!
Emily aprendió a través de la aplicación Noom que los pequeños cambios van sumando con el tiempo y mejorando su salud. “Las lecciones que aprendí fueron de un valor incalculable”, dice. “Me hizo pensar y ser más consciente de lo que metía en mi cuerpo”. Estas son algunas ideas que puedes usar para comenzar con pequeños cambios por tu cuenta; pregúntale a tu proveedor de salud si podrían funcionar para ti.
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DESAYUNO |
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Reemplaza los cereales azucarados |
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Avena con bayas, frutos secos o semillas |
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Reemplaza la crema en el café |
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Leche de almendras, avena |
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Reemplaza los pasteles dulces |
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Tostadas integrales con mantequilla de frutos secos o aguacate |
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REFRIGERIOS |
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Reemplaza las papas fritas o las galletas |
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Zanahorias bebé, rodajas de pepino o garbanzos tostados |
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Reemplaza los caramelos |
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Uvas congeladas, un pequeño cuadrado de chocolate amargo o fruta |
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Reemplaza las barras de granola con azúcares agregados |
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Frutos secos, semillas o yogur natural con frutas |
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ALMUERZO Y CENA |
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Reemplaza el pan blanco |
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Pan o tacos/burritos integrales |
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Reemplaza la mayonesa |
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Pasta untable de aguacate, humus o yogur griego |
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Reemplaza el arroz blanco o la pasta |
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Quinoa, arroz integral o arroz de coliflor |
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Reemplaza las salsas cremosas |
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Jugo de limón, hierbas, especias o aderezos de aceite de oliva |
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BEBIDAS |
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Reemplaza las gaseosas azucaradas |
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Agua con limón, pepino o menta |
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Reemplaza las bebidas endulzadas |
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Té o agua helada sin endulzar |
“¡Quiero estar aquí para mis hijos!”
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Cuando se enteró que tenía diabetes tipo 2, enfermedad de hígado graso, colesterol alto y presión arterial alta, Waldo Sepulveda supo que tenía que hacer cambios. Un compromiso para ponerse en forma y una promesa a su familia lo llevaron a dar un vuelco a su vida.
—por Diane Herbst
A principios de 2023, Waldo Sepulveda se sintió extrañamente aletargado, muy sediento y su visión comenzó a ponerse borrosa. Este padre casado con dos niños pequeños ya sabía que esos podían ser signos de que tenía diabetes.
“Hay antecedentes en mi familia”, explica Waldo, de 42 años. “Mi mamá tiene prediabetes, mi papá tiene diabetes y mi abuela también la tiene”. Después de que su madre lo alentara a controlar su nivel de glucosa con el medidor que ella usa, la medición indicó 586 mg/dl, un nivel peligrosamente alto (un nivel normal de azúcar en la sangre bajo ayunas para alguien sin diabetes está entre 70 y 99 mg/dl, un nivel entre 100 y 125 mg/dl indica prediabetes y un nivel de 126 mg/dl o más alto indica diabetes).
Este nativo de Houston y su esposa, quien es enfermera, fueron a la sala de emergencias del Houston Methodist Willowbrook Hospital. “La enfermera del hospital temía que yo entrara en un coma diabético”, recuerda Waldo, a quien oficialmente se le diagnosticó diabetes tipo 2 y fue hospitalizado durante cuatro días hasta que sus niveles de glucosa bajaron. Durante la estadía, los médicos también le diagnosticaron enfermedad de hígado graso, colesterol alto y presión arterial alta.
“Recuerdo que estaba en un lugar muy oscuro en mi vida”, dice Waldo, cuyo peso había aumentado de 190 a 240 libras después del nacimiento de su hija, Giselle, 4 y su hijo Javier, 2. “Me sentía deprimido por esta tarea insuperable de tener que cambiar mi dieta después de no comer bien durante tanto tiempo en mi vida”, recuerda.
Como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, rezó para conseguir la inspiración de “algo que me ayudara”, dice. Eso lo llevó a comenzar a investigar todo lo que podía sobre la diabetes. “Constantemente veía la importancia del ejercicio y la dieta”, dice Waldo, quien abandonó el hospital con cinco medicamentos para la diabetes y sus otras afecciones, y una determinación de hacer lo necesario para cambiar su salud.
Gracias a la determinación tenaz de Waldo de hacer cambios en su estilo de vida y mantenerlos, bajó 85 libras, ganó masa muscular y ya no toma ningún medicamento y mantiene su presión arterial, colesterol y niveles de azúcar en la sangre normales. “Me dije a mí mismo que sacrificaría un año de mi vida y que simplemente comería sano e iría al gimnasio”, dice. “¡Funcionó! Tienes que creer en ti mismo y comprometerte”.
Aquí, Waldo comparte algunos de los otros métodos que utilizó para dar un vuelco en su salud...
Encuentra tu motivo. Waldo se levanta todas las mañanas, excepto los domingos, para ir al gimnasio a las 4:30 a.m. para entrenar antes de ir a trabajar en la imprenta. “La idea de que mis hijos crezcan sin un padre es lo que uso en los días en los que me cuesta encontrar motivación”, dice. “Había días en los que simplemente no quería ir, y siempre me asomaba y veía a mi hija dormida, y eso era todo lo que necesitaba. Cuando tienes hijos, es importante ser un ejemplo. Todos dicen: “Moriría por mis hijos”, pero ¿cuántas personas están dispuestas a hacer lo que hace falta para vivir por ellos?”
Infórmate. “Intenta suprimir el azúcar todo lo posible; lo primero que suspendí fueron los refrescos y los reemplacé por agua”, dice. “También aumenté las proteínas. Soy latino y, por lo tanto, necesito esa tortilla; pero en lugar de comerme cuatro con un bistec, solo me lo como con una. La idea era controlar más las porciones y comprender cuántos carbohidratos había consumido en el día para reducir el azúcar en la sangre. Y como consecuencia de eso, también bajé de peso”.
Explora nuevas posibilidades. Waldo también tenía un entrenador personal que lo ayudaba. “Creo que si tienes dificultades para encontrar los ejercicios y la nutrición adecuados, tener un entrenador personal definitivamente puede ser de gran ayuda”, dice. “Me ha ayudado con mi planificación de comidas y ha abierto la puerta a distintos alimentos que de otro modo no hubiera probado. Nunca fui muy amante de la coliflor, pero aprendí a preferir el arroz de coliflor y muchas otras verduras. No pensaba que las galletas de arroz pudieran gustarme, pero descubrí que si les pones un poco de mantequilla de maní, ¡el sabor es muy bueno!”
Regálate tiempo. “Si pudiera dar un consejo a las personas que pueden estar luchando para controlar su diabetes, sería: no pierdan la esperanza y simplemente pongan empeño y hagan el sacrificio”, dice. “Creo que, muchas veces, como sociedad, queremos las cosas “ahora” y queremos que las cosas sucedan fácilmente, pero el verdadero progreso lleva tiempo. El viaje lleva tiempo. Tuve altibajos. No todos los días fueron un gran día, pero miro la suma de las cosas. Por lo tanto, si la mayoría de nuestros días son buenos, entonces tendremos un resultado positivo”.
Conoce tu historial familiar. Waldo dice que como latino sabía que tenía un mayor riesgo de desarrollar diabetes. De hecho, las investigaciones indican que la tasa de diabetes tipo 2 es más alta que el promedio nacional entre las personas hispanas/latinas en los EE. UU. “Creo que ha habido una mayor concienciación dentro de la comunidad latina de que esta enfermedad es uno de los peligros a los que debemos prestar atención”, dice. “Y como latinos, nuestra expectativa de vida también es, en general, más baja, y ese es el motivo por el que realmente me incliné por corregir mi nutrición y mi estado físico. Tengo hijos pequeños. Me gustaría estar aquí y verlos casarse algún día”.
Busca apoyo para seguir tu camino. La esposa de Waldo a menudo entrena con él en el gimnasio EoS, y tener su apoyo y la camaradería de otros miembros es una clave para su éxito. “Esa es definitivamente una de las cosas más importantes”, dice. “Lo bueno de ir allí tan temprano es que todos se conocen. Es una especie de acuerdo en el que cada persona tiene que rendir cuentas. Si me despierto tarde y me pierdo un entrenamiento, hay alrededor de cuatro personas que me enviarán un mensaje de texto y me dirán: “Hola, ¿dónde estabas? No te vi en el gimnasio”. Y todas las personas son muy agradables”.
P
R
Un experto responde tus preguntas sobre la diabetes
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¿Cuándo debo iniciar las medidas preventivas? Soy un hombre hispano de 30 años, y mi mamá y sus dos hermanos tienen diabetes tipo 2. Mi médico me dijo que la genética también puede ser un factor importante en mi diagnóstico. ¿Debo comenzar a controlar mi azúcar en la sangre? ¿Hay algo que pueda hacer para evitar esto?
R: Tener un familiar de primer grado (p. ej., tu madre) con diabetes tipo 2 aumenta tu riesgo de 2 a 3 veces, aún más si ambos padres la tienen. Además, determinados grupos raciales y étnicos en los EE. UU. tienen un mayor riesgo de diabetes; p. ej., se proyecta que el 50% de las personas hispanas desarrollará diabetes en su vida, y los adultos hispanos tienen casi un 60% más de probabilidades de recibir un diagnóstico de diabetes y un mayor riesgo de sufrir complicaciones como cardiopatía, insuficiencia renal y daño a los nervios.
Visita a tu médico regularmente y conoce tus niveles de glucosa y A1C en ayuno. La glucosa normal en ayuno es <100 mg/dl, hay un problema si el valor es de 100 a 125 mg/dl y se determina la presencia de diabetes tipo 2 si el valor es 126 mg/dl o más. La diabetes también se diagnostica con un promedio de tres meses de niveles recientes de glucosa (su A1C): de 5.7% a 6.4% se considera prediabetes, y de 6.5% o más es compatible con diabetes.
Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir tu riesgo. Concéntrate en comidas equilibradas y con bajo contenido de carbohidratos que tengan grasas y proteínas saludables. Evita las bebidas azucaradas y manténte hidratado con agua. Intenta realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad vigorosa por semana. Si tienes obesidad o tienes peso de más, intenta perder peso de manera sostenible. Si tienes dificultades, los nutricionistas o entrenadores personales pueden ayudarte a alcanzar tus objetivos.
Cambiar tus gustos
P: Desde que era niño, en general, siempre me han desagradado los alimentos “sanos”, especialmente las frutas y verduras. ¿Hay alguna manera de cambiar esto?
R: Parece que muchas de tus percepciones sobre la comida te han acompañado desde la infancia. Probar alimentos nuevos te abre la puerta a sabores que pueden convertirse en tus favoritos; por ejemplo, arroz de coliflor como sustituto de bajo contenido de carbohidratos para el arroz común o fideos de calabacín preparados con tu salsa para pasta favorita. Algunos nutricionistas registrados se especializan en ayudar a las personas a resolver problemas de aversión a los alimentos, por lo que puede valer la pena buscar uno.
Nuestra experta:
Rachel Pessah-Pollack, MD, FACE, Profesora Clínica de Medicina, División de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo de Holman, NYU School of Medicine, NYU Langone Health
Recursos en los
que puedes confiar
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¿Buscas más información sobre la diabetes?
- Asociación Americana de Diabetes
(American Diabetes Association) - Educadores de la Asociación Americana de Diabetes
- Breakthrough T1D
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- The Assistance Fund
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Motivos ocultos por los que tu azúcar
en la sangre está…
Alta
1. No tomaste desayuno.
Salir corriendo por la puerta sin comer por la mañana puede significar un mayor nivel de azúcar en sangre el resto del día. Los estudios sugieren que cuando no tomas desayuno, es probable que experimentes hiperglucemia (niveles altos de azúcar en sangre) después del almuerzo debido a la disminución de la insulina y las secreciones de GLP-1.
¡Prueba esto! Prepara opciones de desayuno buenas para un adecuado nivel de azúcar en sangre los fines de semana y congélalas para las mañanas de los días de semana.
2. Comes una dieta con alto contenido de grasas.
Las comidas regulares con alto contenido de grasas pueden hacer que el azúcar en sangre aumente de dos maneras: En primer lugar, las comidas con alto contenido de grasas producen más ácidos grasos libres en la sangre, lo que provoca resistencia a la insulina y dificultad para trasladar el azúcar en la sangre a las células. En segundo lugar, la grasa disminuye la liberación de azúcar en sangre, por lo que la insulina puede dejar de actuar incluso antes de que el azúcar en sangre se acumule.
¡Prueba esto! Aléjate de la comida rápida. En lugar de eso, prueba preparar un almuerzo o una comida siempre que puedas.
3. No has dormido lo suficiente.
Estar cansado puede hacerte recurrir a la comida, y en particular a alimentos reconfortantes, con más frecuencia que si hubieras descansado lo suficiente, lo que puede provocar niveles altos de azúcar en sangre.
¡Haz esto! Si a menudo no duermes lo suficiente, consulta a tu médico si medir el tiempo de tu insulina o medicamento oral podría ser útil.
4. Te enfermaste.
Contraer gripe, un resfriado u otra enfermedad desencadena la liberación de hormonas del estrés que disminuyen la capacidad del cuerpo de usar la insulina, por lo que el azúcar en tu sangre aumenta.
¡Haz esto! Monitorea tu azúcar en la sangre con más frecuencia mientras estés enfermo y bebe agua para mantenerte hidratado y para limpiar el azúcar en la sangre en tu sistema.
Baja
1. Usaste demasiada insulina/medicina.
Usar más insulina de la que necesitas puede hacer que tu nivel de azúcar en la sangre baje demasiado, lo que puede causar hipoglucemia.
¡Haz esto! Coma una fuente de azúcar de rápida absorción: apunta a 15-20 g de carbohidratos, como 5-6 onzas de jugo de naranja, 6 Hershey Kisses o 15 Skittles. Luego, trabaja con tu equipo de atención de la diabetes para encontrar la dosis y el cronograma correctos que se adapten a tus hábitos de dieta y actividad.
2. Hiciste una caminata larga, sin planearla.
Los músculos usan la glucosa (azúcar) en la sangre durante el ejercicio y actividades como el trabajo en el jardín o la limpieza del hogar, lo que provoca que los niveles de azúcar en la sangre disminuyan. Si no comes lo suficiente como para cubrir tu actividad, tus niveles pueden bajar demasiado.
¡Prueba esto! Fija un horario en tu reloj que te recuerde detenerte y comer un refrigerio.
3. Tomaste más (alcohol) de lo que comiste en una fiesta.
El alcohol puede hacer que tu cuerpo libere demasiada insulina, lo que provoca un nivel bajo de azúcar en la sangre grave. Beber alcohol con el estómago vacío puede aumentar este efecto, ya que el hígado trabaja en eliminar el alcohol de la sangre en lugar de controlar los niveles de azúcar en la sangre.
¡Prueba esto! Controla tu azúcar en la sangre antes y hasta 24 horas después de beber y coma un refrigerio si ves que es bajo. También es importante limitar tu consumo de alcohol a una bebida por día para las mujeres y a dos bebidas por día para los hombres.
¡Al pie del cañón!
Ejercicios para los pies que se sienten bien
Si tienes neuropatía relacionada con la diabetes, es posible que tus pies se lleven la peor parte. La afección de los nervios puede causar ardor y pérdida de sensibilidad, hacerte más propenso a las llagas en los pies y afectar tu capacidad para caminar de manera adecuada. Afortunadamente, el fisioterapeuta Frank Musumeci, fundador de Prescription Exercise, una clínica de ejercicios ortopédicos preventivos en Miami, dice que darle a tus pies un poco de “cuidado con cariño” puede ayudarte a mantenerlos en su mejor forma.
MANTÉN LA FLEXIBILIDAD EN LOS PIES
Si tienes que usar calzado ajustado o puntiagudo; por ejemplo, para una ocasión especial, prueba este estiramiento antes y después del evento:
Siéntate, coloca los pies uno al lado del otro y enrosca una banda elástica gruesa alrededor de los dedos gordos. Tira lentamente de los dedos gordos y sepáralos para estirar suavemente los ligamentos y las articulaciones. Mantén durante 10 segundos; repite cinco veces.
No hagas esto: Usar tacos altos, de más de dos pulgadas. Cualquier cosa más alta ejerce demasiada presión en el antepié, especialmente en los dedos gordos del pie.
AFLOJA LOS TOBILLOS
Para prevenir el dolor, los huesos que se encuentran entre el tobillo y la tibia deben deslizarse fácilmente uno sobre otro. Este movimiento puede ayudar del siguiente modo:
Siéntate en una silla, levanta un poco un pie del suelo y “escribe” cada letra del alfabeto con el dedo gordo del pie. Repite con el otro pie. Si el tobillo no tiene una amplitud de movimiento completa, la fisioterapia puede ayudar a restaurar el movimiento.
ESTIRA LAS PANTORRILLAS
Las pantorrillas flexibles proporcionan una base estable, lo que ayuda a caminar de manera más eficiente y a prevenir caídas. Estírate después de una ducha, cuando los músculos están calientes y flexibles. Prueba estos dos ejercicios:
Estiramiento de pared:
Apóyate contra una pared, con las manos planas, con el pie izquierdo hacia adelante y el pie derecho hacia atrás. Mantén ambos talones en el piso y presiona las caderas hacia adelante, sintiendo la tracción en la pantorrilla derecha y el tendón de Aquiles. Mantén durante 30 segundos y luego cambia de lado. Repite tres o cuatro veces.
Estiramiento con toalla:
Siéntate en el piso con ambas piernas estiradas hacia adelante. Haz un lazo con una toalla alrededor de la parte anterior de un pie (bola del pie) y jala la toalla hacia ti, manteniendo la pierna recta. Mantén durante 30 segundos y luego cambia de lado. Repite tres o cuatro veces.
Amortigüa el paso
Para el uso diario, elige zapatos con suela de goma y punta ancha. El calzado también debe flexionarse en la parte anterior del pie (bola del pie), donde se ejerce presión, no en el medio.
Prueba fácil:
Si puedes doblar el zapato por la mitad, no lo elijas.
Consejo:
Revisa tus pies a diario para detectar úlceras o cortes y asegúrate de no caminar descalzo.
Ilustraciones de Juhee Kim
¡Come todo
lo que gustes!
Seguir una dieta saludable no significa que tienes que comer comida sin sabor. Aquí tienes algunos consejos que te permitirán disfrutar de tus platos latinos favoritos haciendo pequeños ajustes.
—por Ana María Málaga
Tacos sanos y abundantes
¡Versátiles, simples y deliciosos!
- Elige la tortilla correcta.
Eligetortillas de maíz or trigo integral, que tengan más fibra y menos grasa, carbohidratos y calorías que las tortillas de harina. - Usa carnes magras y vegetales.
En lugar de usar carne de res o cerdo para el relleno, usa filetes de pescado a la plancha o pollo condimentado estilo tinga.
Sopas reconfortantes
Inspírate en estos fantásticos sancochos de América Central y el Caribe.
- Cocina todo junto.
El verdadero sabor de esta sopa es el resultado de cocinar la carne junto con las raíces, como la yuca o casava (que tienen mucha fibra y regulan el azúcar en sangre); frutas con bajo contenido de azúcar, como la banana (verde); verduras, como las cebollas, las zanahorias y el maíz; legumbres, como los frijoles; y hierbas, como el cilantro y el perejil. - Elige carnes magras.
El sancocho clásico combina varias carnes, por lo que puedes usar las diferentes partes de un pollo con hueso y sin piel o agregar un pequeño trozo de carne de res magra o un hueso.
Salteados rápidos
El lomo saltado es uno de los platos favoritos de Perú.
- Elige una buena proteína.
Como su nombre lo indica, el ingrediente principal del lomo saltado es el lomo de res. También puedes usar pechuga de pollo o lomo de cerdo, o hacer una versión vegetariana con champiñones. - Usa aceite en aerosol.
Elige uno que pueda usarse con calor alto y que sea bueno para el corazón, como el aceite de canola.
Pollo asado estilo peruano con salsa de cilantro
Rinde: 4 porciones
Para el pollo:
- 6 dientes de ajo, finamente molidos o picados
- 3 cucharadas de salsa de soja con menos sodio o aminoácidos de coco
- 1 cucharada de ají amarillo u otra pasta de chile, sriracha o sambal
- 1 cucharada de jugo de lima
- 1 cucharadita de pasta de ají panca o 1 cucharadita de polvo de chile pasilla
- 1 cucharadita de mostaza
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de pimienta negra recién molida
- 1/2 cucharadita de sal marina fina
- 1 pollo sin piel y con hueso (alrededor de 4 lb), en mitades o en trozos
- Aceite de oliva extra virgen
Para la salsa:
- 1 taza de cilantro fresco
- 3 a 4 jalapeños, sin semillas, cortados en cubos
- 1/4 taza ó 1 onza de queso feta con bajo contenido de grasa, desmenuzado
- 1 diente de ajo, picado
- 1 1/2 cucharada de jugo de lima o más a gusto
- 2 cucharaditas de orégano o albahaca fresca, picada
- 3/4 cucharadita de sal marina fina
- 1/2 cucharadita de mostaza
- 1/2 cucharada de pasta de chile amarillo u otro tipo de chile
- 1/2 cucharadita de miel
- 1/2 cucharadita de comino molido
- 1/2 taza de aceite de oliva extra virgen
- Gajos de limón para adornar
Instrucciones
- Adobo: En un tazón, mezclar el ajo, la salsa de soja, los ajíes (chiles), la lima, la pasta de ají panca, la mostaza, el comino, la pimienta y la sal.
- Colocar el pollo en el adobo y refrigerar 2 horas como mínimo y 12 horas como máximo.
- Calentar el horno a 450 °F. Retirar el pollo del adobo y secarlo con palmaditas. Colocar en una bandeja para hornear y rociar con aceite.
- Asar el pollo hasta que se dore y cocine por completo, de 35 a 45 minutos. Sacarlo del horno y dejarlo reposar durante 10 minutos, cubierto sin apretar con papel de aluminio, antes de servirlo.
- Preparar la salsa mientras el pollo está en el horno. Mezclar los ingredientes, agregando el aceite al final.
- Cortar el pollo y servirlo con la salsa y los gajos de limón.
Cuestionario
Agradecimiento especial a nuestra revisora médica
Dra. Corina Nava Suarez, Endocrinóloga, The Johns Hopkins Hospital, Baltimore, MD
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